El 21 de octubre a las 18:30
esperaba Claudia para brindar una entrevista, una mujer que a través de los
interrogantes ¿Qué fui? ¿Para qué vine? y ¿Cuál es mi misión en la vida? Dedicó
su vida a ayudar a las personas a través de su don. Si bien no le gusta que la
llamen bruja, ella se define como tal.
La entrevista fue en su
liviging, un lugar donde todas las religiones estaban presentes: La
hindú, la maya, la oriental y la católica. Claudia estaba sentada en un sillón
cruzada de piernas, gesticulando con sus manos al hablar y dejando
distinguir sus uñas, que estaban pintadas cada una de diferente color.
A Claudia le intrigó toda su
vida saber para qué nació, para qué vino, y esos tipos de cuestionamientos.
Contó que le hubiese gustado estudiar psicología y que hizo hasta tercer año de
abogacía, pero se dio cuenta que eso no era lo suyo. Hace 25 años que hace lo
que hace de manera profesional, y además es parapsicóloga.
Ella se empezó a dar cuenta
a sus 11 años de que ya sabía de antemano qué era lo que iba a pasar. Eso la
atormentaba porque no lo podía manejar, hasta que un día lo pudo asumir.
Se dice que estas artes son
heredadas. Claudia a los 47 años se enteró de que era adoptada y ahí se le
revelaron un montón de cosas. Estuvo seis meses sin atender tratando de otra
vez volver a buscar verdades.
Los rituales que realiza,
entre otras cosas, los aprendió de cuando vivió en Brasil y en Cuba. Ella dice
que los rituales es trabajar con velas, con magia roja, verde y blanca. Comenta
que la magia roja es la que ayuda al amor; La blanca es la que quita todo lo
que está oscuro y lo ilumina; y la magia verde es el conocimiento profundo de
lo que son las hierbas, las piedras, el yamanismo y ese tipo de cosas. Está
convencida que en este camino no hay un término medio, hay que definirse, o
estás del lado de la luz o estás del lado de las sombras. Claudia está del lado
de la luz, pero advierte que también tiene que conocer las sombras.
Hace Johrei, sanaciones y
tira las cartas. Son cinco tipos de tarot los que tira: tarot egipcio, de rider
waite, tarot universal, etc. Ella cree que es la única persona de La Plata que
hace cinco tipos de tarot. Hace runas y la lectura con la borra del café.
Además practica registros akashicos y es numeróloga. Cuenta que los primeros
consisten en regresar a tu vida pasada. Qué fuiste, a qué viniste, cuál es tu
misión acá en la vida, qué es lo que uno viene a completar, que es la ley del
karma y afirma que esto es importantísimo.
Las personas que la visitan
son recibidas en su living. Primero la ve, le dice que no le cuente nada, ya
que una de las cosas que se desarrollan a medida que se transita este
camino es el de la videncia. Por otro lado, no atiende a menores de 18 años,
porque considera que no tienen la madurez para elaborar lo que uno le dice.
Es una convencida de que el
momento de la muerte lo sabe Dios, o el universo. Piensa que ningún tarotista,
parapsicólogo o vidente puede decirle a una persona cuándo se va a morir.
Las consultas más frecuentes
son por amor. Piensa que a la gente no le interesa la parte de la abundancia de
la prosperidad. Según ella, las personas piensan que si les va bien en el amor,
les va bien con todo. La consulta por enfermedad, por otro lado, es la única
que no cobra.
Sus hijos de chiquitos la
veían encendiendo velas, y eso es lo que es lo que más les llamaba la atención
a ellos y a sus amigos. Claudia muchas veces les ha dicho a sus hijos que no
cuenten lo que ella hacía porque podía ser malinterpretado y así ser catalogada
como bruja, y si bien ella, entre risas, cuenta que se considera como tal, no
le gusta que los demás la llamen así.
Relaciona Halloween con los
druidas, los monjes, los nórdicos, con las runas y no como un festejo
comercial. Y como ella hace runas, piensa que Halloween es su día.
Nunca tuvo la oportunidad de
enseñarle a otras personas sus prácticas, ya que para que alguien pueda
desempeñarse en ese ámbito debe ser una persona pura, y aun no la ha
encontrado. Está las 24 horas del día a disposición de quien la necesite ya que
su obligación, según ella, es llevar ayuda espiritual.
Por otro lado, Claudia cree
que estamos en camino hacia un nuevo orden mundial, que es colectivo ya que
interpreta que todos estamos conectados.
Al terminar la entrevista,
cuenta que además de todo lo mencionado es escritora, es algo que lo hace desde
chica. Lo que escribe no tiene nada que ver con lo que practica. Cuenta que lo
suyo es la narrativa y utiliza seudónimos. Ya tiene libros editados y otra de
sus ocupaciones es la enseñanza de canto.
En definitiva, todo eso es
Claudia hoy. Una mujer que transitó su vida buscando verdades y ayudando a la
gente a través de su don.
Por Florencia López Borán
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