La galería san Martin
ubicada en 7 entre 49 y 50, un paseo de locales infinitos en los cuales se
puede encontrar desde locales de ropa, billuteri , alajas hasta
electrodomésticos. En el segundo piso de la galería luego de bajar las
escaleras, el calor se hace sentir y el olor a encierro se percibe. Se
encuentran las distintas variedades de casas de tatuajes, ventas de camisetas y
las mágicas casas del tarot y el más allá. Un local de la galería, en el cual
se encuentra disponible, un tirador de cartas zonal. Julio Cesar Burgos, famoso
tirador de cartas, nos permitió conocer más de cerca su profesión,
abriéndonos paso a su lugar de trabajo .Su oficina, uno de los locales de
la galería en donde se era imposible respirar dado lo pequeño espacio y la cantidad
de persona que éramos. El local recubierto de fotos de dioses mitológicos y
cartas del tarot marcaba que era lo que se practicaba allí. Sus paredes eran de
un color amarillento viejo tirando a verde. Una luz, amarilla pequeña que
enfocaba solo alrededor de una pequeña mesa, en donde estaban depositados un
vaso de agua a medio llenar. En su espalda, una cortina de un color viejo
maltrecho escondía un galpón de espalda cajas en el suelo y ropa tirada casi
invisible para la vista. La pared de la derecha poseía 8 cuadros blancos casi
amarillos, de estudios de parapsicología, paranormales y psicología universal.
Que databan de la década del 2000 por su antigüedad y su poco cuidado. La otra
pared que daba hacia la izquierda estaban colgadas mascaras chinas, taiwanesas
y japonesas. Dos sillas antiguas y maltrechas, un piso color negro de adoquines
gastados y mucho polvillo. La mesa de madera de roble, arriba cinco guías de
teléfonos amarillas con rastros de humedad arriba de ellas una pecera, sin
agua, con piedras y suciedad adentro en ella tres lapiceras Bic, un cepillo de
dientes y una pasta Colgate mal cerrada acompañaban la suciedad que poseía la
mesa . Dos mazos de cartas del tarot mal cerradas y papeles de boletas de
Edelap , en la misma pared derecha se encuentra un calendario gigante hay
algunas fechas marcadas con un fibron rojo en círculos. En las esquinas se ve
telarañas antiquísimas. Las cortinas que separan la vista desde adentro hacia
afuera y viceversa, son color marrón opaco con rastros de haber sido utilizadas
desde hace años con el mismo fin y no haber sido cambiadas ni lavadas en años.
Luego de abandonar el lugar caminamos por una senda blanca que nos lleva a las
escaleras que posteriormente subimos para dejar atrás otro típico personaje del
mundo de lo mágico y el más allá.
Gonzalo Apaulaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario