miércoles, 20 de noviembre de 2013

El mundo espiritual no es para cualquiera


Carlos un hombre de unos 50 años. Por fuera es muy alto, robusto, morocho, con poco pelo. Sus ojos de un color raro contrastan con test de piel y los destacan .Además posee un buen estado físico porque hace muchos deportes desde joven. Es un tipo más bien callado que solo dice lo justo y necesario cuando se debe.
Es amable, una persona el que no lo conoce por fuera puede ser que le produzca miedo pero es demasiado bueno eso si cuando se enoja quien también posee un carácter muy fuerte. Es amante de la cocina, hobbies que heredo de chico le gusta mucho cocinar y según él lo hace muy bien. Es fiel de levantarse muy temprano. Ama ir a pescar y viajar mucho. Es muy estricto con la puntualidad y todo lo que tenga que ver con los horarios. Además también le gusta la carpintería, es muy trabajador nunca se queda quieto siempre algo está haciendo. Ama el fútbol y juega siempre no se considera Maradona pero, es muy bueno con las dos piernas. 
Padre de dos hermosos hijos, Micaela la mayor y Agustín el menor. Piensa que lo fundamental de la educación es estar presentes en cada aspecto de la vida, hasta que los niños entren en una edad adulta y de toma de decisiones. Esta felizmente casado con Elena madre de sus hijos y según lo asegura el amor de su vida.
Su fanatismo por las artes mágicas vino desde muy pequeño observando magos y otras cosas del mundo de lo místico. Es así como comenzó a especializarse a partir de los 17 años mirando, tocando y rompiendo señala comenzó a interiorizarse cada vez más y más hasta que se convirtió en una obsesión por ser el mejor tarotista de la ciudad de La Plata. Carlos no lo ve como un negocio, sino como una manera de encaminar  a la gente que necesita una palabra de aliento y que no puede pagarse un psicólogo.

“El mundo espiritual no es para cualquiera y esto está lleno de personas que solo buscan salvarse económicamente con la necesidad de otros” señala. “Es por eso que acá me encuentro para todas las personas que necesitan de verdad  una ayuda”. Afirma Carlos con una seriedad característica.

Gonzalo Apaulaz

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