Carlos más que un simple
tarotista es un apasionado de los hobbies y muchos de ellos muy
particulares. Como su pasión enfermiza por la pesca. Al preguntar de las
mayores casas se refirió a un gran salmón salmón casado en unas vacaciones hace
una pila de años. Al entrar en profundidad el tema, se lo vio titubear por lo
que no siguió con el tema.
Según dice el propio
Carlos, su vida estuvo siempre repleta de historias que fueron pasando de
generación en generación, hasta convertirse en anécdotas para contar un domingo
en los asados. Hincha ferviente de Estudiantes de La Plata, y que además
asegura que la copa ganada por Estudiantes en 2009 fue por mucho merito de el
de ir a todos los partidos de la fase de grupos de la libertadores. Y
recuerda “…De chico me robaba todas las figuritas de aquel tiempo a mi
hermano mayor…” sonríe con una sonrisa que llega de oreja a oreja.
Su tiempo no se basa solo en
la especialización de todo el conocimiento místico y en las artes blancas. El
tiempo que tiene libre aprovecha a hacer nuevas cosas, viajar es una de las
cosas que más le gusta. Además se considera un excelente carpintero dado que
nada de lo que está en su hogar viene por manos de otro carpintero que no sea
el.
Sus hijos son además de una
fuente de inspiración a ser una mejor persona, un cable a tierra a todos los
problemas. Todos vemos a un enorme gigante de un 1.88 de altura pero
menciona “…uno también tiene sus problemas y tiene que solucionarlos…”. La
enseñanza de sus hijos la impartió el, sus hijos Micaela y Agustín , no
tuvieron paso por ninguna institución educativa hasta los 3 años para
iniciar el año correspondiente.
Al despedirse solo con una
mueca de sonrisa y una gran parsimonia, agradeció por la buena energía
transmitida. Y volvió a mencionar al “Pincha” con efusividad “…vamos pincha
carajo…” a puño cerrado Carlos se despidió y quedo atrás como otro personaje
ilustre del mundo espiritual.
Gonzalo Apaulaz
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