miércoles, 20 de noviembre de 2013

No entremos en detalles


Carlos más que un simple tarotista  es un apasionado de los hobbies y muchos de ellos  muy particulares. Como su pasión enfermiza por la pesca. Al preguntar de las mayores casas se refirió a un gran salmón salmón casado en unas vacaciones hace una pila de años. Al entrar en profundidad el tema, se lo vio titubear por lo que no siguió con el tema.
Según dice el propio Carlos, su vida estuvo siempre repleta de historias que fueron pasando de generación en generación, hasta convertirse en anécdotas para contar un domingo en los asados. Hincha ferviente de Estudiantes de La Plata, y que además asegura que la copa ganada por Estudiantes en 2009 fue por mucho merito de el de ir a todos los partidos de la fase de grupos de la libertadores.  Y recuerda  “…De chico me robaba todas las figuritas de aquel tiempo a mi hermano mayor…” sonríe con una sonrisa que llega de oreja a oreja.
Su tiempo no se basa solo en la especialización de todo el conocimiento místico y en las artes blancas. El tiempo que tiene libre aprovecha a hacer nuevas cosas, viajar es una de las cosas que más le gusta. Además se considera un excelente carpintero dado que nada de lo que está en su hogar viene por manos de otro carpintero que no sea el.
Sus hijos son además de una fuente de inspiración a ser una mejor persona, un cable a tierra a todos los problemas.  Todos vemos a un enorme gigante de un 1.88 de altura pero menciona “…uno también tiene sus problemas y tiene que solucionarlos…”. La enseñanza de sus hijos la impartió el, sus hijos Micaela y Agustín , no tuvieron paso por  ninguna institución educativa hasta los 3 años para iniciar el año correspondiente.

Al despedirse solo con una mueca de sonrisa y una gran parsimonia, agradeció por la buena energía transmitida. Y volvió a mencionar al “Pincha” con efusividad “…vamos pincha carajo…” a puño cerrado Carlos se despidió y quedo atrás como otro personaje ilustre del mundo espiritual. 

Gonzalo Apaulaz

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